Cartagena bajo fuego: nueva denuncia de abuso en precios turísticos reaviva controversia
Cartagena enfrenta nuevamente fuertes críticas por el presunto abuso en los precios de servicios turísticos, después de que Víctor Manuel Osorio, conocido como “Caremonja”, publicara una factura exorbitante que le entregaron en un restaurante en las playas de Cholón. Según compartió en redes sociales, el amigo cercano del exfutbolista Faustino “El Tino” Asprilla, se mostró indignado al recibir un cobro de $600,000 por una picada, $95,000 por un pargo, $450,000 por 30 cervezas y un servicio obligatorio de $312,000. “Viene uno a Cartagena a compartir con amigos, pasar un puente inolvidable, pero en Cholón hacen todo lo posible por espantar al turista. Abusan con los precios”, escribió.
Este incidente se suma a otra polémica reciente en la que la turista cucuteña Desideré Díaz denunció públicamente el cobro excesivo de un taxista al salir del aeropuerto Rafael Núñez. Según Díaz, el precio oficial por el trayecto hacia Bocagrande era de $27,500, pero en medio de una tormenta, los taxistas pedían hasta $100,000 por el viaje. Esta denuncia generó un enfrentamiento entre la turista y el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay. El mandatario desestimó las acusaciones, asegurando que Díaz mentía sobre su hospedaje y sobre el cobro adicional.
Díaz, en respuesta, sostuvo que tuvo que esperar tres horas en la calle para conseguir un taxi que aceptara llevarla sin cobros adicionales, mientras que Turbay publicó la versión del operador de taxis, quien afirmó que las condiciones climáticas y las inundaciones en el sector de El Laguito impedían a los conductores cumplir con la tarifa regular. Sin embargo, esta reacción del alcalde causó molestia entre ciudadanos y otros turistas, quienes respaldaron a Díaz y expusieron experiencias similares de cobros excesivos.
Las redes sociales estallaron de indignación tras ambos casos, y muchas personas, tanto locales como turistas, exigieron una intervención de las autoridades. Varios señalaron que esta situación no es aislada: desde vendedores ambulantes que cobran $50,000 por dos mangos, hasta restaurantes en Bocagrande que facturan hasta tres millones de pesos por servicios básicos. Además, en mayo de este año, cuatro turistas extranjeros pagaron $3,200,000 en un restaurante y a principios de 2024, una turista canadiense denunció que le cobraron $17 millones por un paseo en coche.
Para muchos, la actitud del alcalde Turbay, al desestimar las denuncias, agrava la problemática. En lugar de implementar medidas de control, Turbay ha sido percibido como defensor de prácticas que, según los afectados, atentan contra la imagen de Cartagena como destino turístico. Ante el silencio de la administración municipal respecto a la denuncia de “Caremonja” y otras quejas, crece el clamor por una mayor regulación y control en los precios de los servicios turísticos en la ciudad.
Cartagena, joya turística de Colombia, se encuentra en la mira no solo de los turistas, sino también de la opinión pública nacional, que exige una respuesta y acciones claras que pongan fin a los abusos.
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